El Ilustrador del HIGH ENERGY
Fascinado por el dibujo y por los aviones, desde la infancia ocupa el tiempo libre en su indagación. Más adelante, estudia diseño gráfico a la par que se desempeña como disc jockey. Y para cuando la música disco estaba en su esplendor, se concentra en el diseño de la identidad de los equipos de luz y sonido, así como de la publicidad para la promoción de “las tocadas” en barrios y colonias de la capital, pero también del país.
Entonces empieza una búsqueda para hacer de volantes y carteles publicitarios objetos atractivos y no desechables. Detona allí un trabajo de búsqueda y prueba que va sumando todos sus saberes, sus gustos y sus obsesiones (seres fantásticos, las máquinas, la arquitectura futurista, la robótica, etc.). Pronto sus mensajes trascienden a la mera publicidad del equipo de sonido, del lugar y la hora.
Así, derivado de la narrativa visual que construye en cada volante y póster publicitario, estos se convierten en objetos de colección, y él en un artista de culto. Su trabajo ha sido el sello distintivo de equipos de luz y sonido como Polymarchs, Patrick Miller, Soundset, Winners, Menergy, Banana, Rhamses, Enterprise, Montesquieu y muchos otros.
Arte que seduce. El logro del detalle La obra de Jaime Ruelas trasciende las etiquetas de la ilustración y del diseño publicitario. Su trabajo es simplemente arte, en tanto que va más allá de los fines informativos y publicitarios o de apoyo de un texto, y que, en el principio ―no niega―, fueron su origen. Su obra vive; su obra propone; su obra construye por sí misma un mundo que intriga y seduce a quien la observa.
Baste apreciar el grado de detalle de cada una de sus obras, el manejo de la anatomía humana, la fuerza y vitalidad del personaje, de los escenarios y de los objetos, el movimiento apresado, el poder de evocación, el dominio de la perspectiva… recursos con los que logra propósitos expresivos de fuerza, poder, vigor, de lo imponente, y de lo poderoso.
Lo fantástico en la obra de Jaime Ruelas
El arte contemporáneo aglutina una gran diversidad de expresiones que van de la representación de lo abstracto a lo figurativo; de lo real a lo onírico; a mundos imaginarios, posibles, alternos, futuros y utópicos; y cuyas denominaciones, en algunos ámbitos, aún se discuten. Es el caso del Arte fantástico y sus diversas manifestaciones. Entendamos aquí el Arte fantástico como aquella expresión en la que hay una ruptura de las leyes físicas y lógicas; que transgrede las convenciones de la realidad; y que se debate entre lo posible y lo imposible. En la obra de Jaime Ruelas, se conjugan lo maravilloso y la ciencia ficción.
Seres fantásticos o mitológicos, que nos hablan de misterios insondables, de hechos sobrenaturales o mágicos, en donde hay una transgresión del mundo real, son muestras del arte maravilloso que habita el mundo Ruelas. Así: hadas, dragones, lugares y ciudades imaginarios, vikingos, faraones, medusas, magos,seres alados…
Mientras que la presencia de la tecnología, la robótica, de personajes mitad humanos mitad máquina, de mundos alternos o utópicos, que replantean la realidad (e invitan a verla desde un enfoque extraño), y cuya organización del mundo se define en función de los avances de la ciencia, son elementos con los que construye existencias posibles en la ciencia ficción. Son sus temas: máquinas, robots, naves espaciales, arquitectura y ciudades futuristas…
Dos trabajos que merecen mención aparte, en tanto que invitan a pensar en lo impensable, son, la primera: el dragón que está incendiando la hoja sobre la que está dibujado; y, la segunda: la mujer que ha rasgado el papel para cubrirse. Son dos obras que reconocen su propia existencia y la cuestionan. Desde lo fantástico, estos personajes tienen una vida más allá de la obra y cuestionan los límites de su existencia.
La técnica. Tinta china, lápiz y papel
Si bien durante mucho tiempo se ha concebido que la obra plástica por excelencia es aquella desarrollada en óleo y se ha devaluado todo lo propuesto en materiales distintos a éste, es hora de empezar a desacralizarlo y dar cabida y reconocimiento a las manifestaciones que han empleado técnicas distintas.
Es el caso de la obra de Jaime Ruelas, quien (es importante subrayarlo) solo ha necesitado tinta china, lápiz y papel para crear. Su trabajo es mayormente dibujo a línea y en escala de grises.
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