Como ya sabemos el Surrealismo fue el movimiento artístico que más influenció en el siglo XX, pese que sus inicios fueron en París en los años 20´S hoy en día sigue inspirando a los creadores de imágenes.
Desde sus inicios como corriente artística el surrealismo logró impactar de manera significativa el inconsciente y de este modo transmutó de la plástica a la música, a la novela, escultura, al mundo cinematográfico pero también en la novela y en los poemas.
Por lo regular los poemas se componen de versos pero no están sujetos a ciertos recursos poéticos que van desde el ritmo, la métrica o la rima; este se divide en cantos o en breves estrofas.
Uno de los principales artistas y máximos exponentes del surrealismo fue André Breton, quien pese que primero tuvo interés en el Dadaísmo donde empezó a apasionarse por la escritura.
Tiempo después el mismo Breton crea el Manifiesto Surrealista donde defendía al surrealismo sobre cualquier corriente artística, el “Papa del Surrealismo” como fue conocido dejó una serie de poemas y aquí te los dejamos
Pero así como él, a lo largo de los años han habido grandes escritores, pensadores, pintores que han decidido entrar en la poesía surrealista; entre ellos destacan Paul Éluard, Benjamin Péret, Federico García Lorca, Louis Aragon, Octavio Paz, Guillaume Apollinaire, Philippe Soupault, Antonin Artaud, Olivero Girondo y Alejandra Pizarnik.
Aquí te dejamos algunos poemas de estos autores para que logres inspirarte después de leer estas joyas.
La muerte rosa- Breton
Los pulpos alados guiarán por última vez la barca cuyas
velas están hechas de ese solo día hora a hora
Es la velada única tras la cual sentirás subir por tus cabellos
el sol blanco y negro
De los calabozos rezumará un licor más fuerte que la muerte
Cuando se la contempla desde lo alto de un precipicio
Los cometas se posarán suavemente en los bosques antes
de fulminarlos
Y todo pasará dentro del amor indivisible
Si el motivo de los ríos nunca desaparece
Antes de que sea completamente de noche observarás
La gran pausa de la plata
Sobre un pescador en flor aparecerán las manos
Que escribieron estos versos y que serán husos de plata también
Y también golondrinas de plata sobre el oficio de la lluvia
Verás el horizonte abrirse y de pronto habrá acabado el
beso del espacio
Pero el miedo ya no existirá más y los cristales del cielo y del mar
Volarán por el viento con más fuerza que nosotros
Qué haré yo con el temblor de tu voz
Sonríe danzarina alrededor del único lustro que no caerá
Trampa del tiempo
Subiré los corazones de los hombres
Para una suprema lapidación
Mi hambre dará vueltas como un diamante demasiado tallado
Trenzará los cabellos de su hijo el fuego
Silencio y vida
Pero los nombres de los amantes se olvidarán
Como la adónica gota de sangre
En la luz enloquecida
Mañana engañarás a tu propia juventud
A tu gran juventud luciérnaga
Los ecos solos harán moldes de todos los lugares que existieron
Y en la infinita vegetación transparente
Te pasearás con la celeridad
Que se pide a los animales de los bosques
Acaso te desgranes entre mis despojos
Sin verlos lo mismo que uno se arroja sobre un arma fluctuante
Pero yo perteneceré al vacío semejante a los Peldaños
De una escalera cuyo movimiento se llama muy penoso
Para ti los perfumes desde entonces los perfumes prohibidos
Lo angélico
Bajo el musgo esponjoso y bajo tus pasos que no existen
Mis sueños serán vanos y formales como el rumor de los
párpados del agua en la sombra
Me introduciré en los tuyos para sondear la profundidad
de tus lágrimas
Mis llamadas te dejarán dulcemente vacilante
Y en el tren hecho de tortugas de hielo
No tendrás que tirar de la señal de alarma
Llegarás sola a esta playa perdida
Dónde una estrella descenderá sobre tus equipajes de arena.
“El Espejo De Un Momento” — Paul Eluard
Disipa el día,muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia, quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
es duro como la piedra,
la piedra informe,
la piedra del movimiento y de la vista,
y tiene tal resplandor que todas las armaduras
y todas las máscaras quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera
se digna tomar la forma de la mano,
lo que ha sido comprendido ya no existe,
el pájaro se ha confundido con el viento,
el cielo con su verdad,
el hombre con su realidad.
muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia, quita a los hombres la posibilidad de distraerse,
es duro como la piedra,
la piedra informe,
la piedra del movimiento y de la vista,
y tiene tal resplandor que todas las armaduras
y todas las máscaras quedan falseadas.
Lo que la mano ha tomado ni siquiera
se digna tomar la forma de la mano,
lo que ha sido comprendido ya no existe,
el pájaro se ha confundido con el viento,
el cielo con su verdad,
el hombre con su realidad.
“Tengo algo que decir me digo” — Federico García lorca
Tengo que decir algo me digo
Palabras que se disuelven en la boca
Alas que de repente son percheros
Donde el grito cae crece una mano
Alguien mata nuestro nombre según libro
¿Quién le arranco los ojos a la estatua?
¿Quién colocó esta lengua alrededor del
Llanto?
Tengo algo que decir me digo
Y me hincho de pájaros por fuera
Labios que caen como espejos Aquí
Allá dentro las distancias se reúnen
Este norte o este sur son un ojo
Vivo alrededor de mí mismo
Estoy aquí allá entre peldaños de carne
A la intemperie
Con algo que decir me digo
“Acabar con Todo” — Octavio Paz
Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
“Hacia la noche” — Philippe Soupault
Es tarde
En la sombra y en el viento
Un grito asciende con la noche
No espero a nadie
A nadie
Ni siquiera a un recuerdo
Hace ya tiempo que pasó la hora
Pero ese grito que lleva el viento
Y empuja hacia adelante
Viene de un lugar que está más allá
Por encima del sueño
No espero a nadie
Pero aquí está la noche
Coronada por el fuego
De los ojos de todos los muertos
Silenciosos
Y todo lo que debía desaparecer
Todo lo perdido
Hay que volver a encontrarlo
Por encima del sueño
Hacia la noche.
“Aparicion urbana” — Olivero Girondo
¿Surgió de bajo tierra?
¿Se desprendió del cielo?
Estaba entre los ruidos,
herido,
malherido,
inmóvil,
en silencio,
hincado ante la tarde,
ante lo inevitable,
las venas adheridas
al espanto,
al asfalto,
con sus crenchas caídas,
con sus ojos de santo,
todo, todo desnudo,
casi azul, de tan blanco.
Hablaban de un caballo.
Yo creo que era un ángel.
“Cenizas” — Alejandra Pizarnik
La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te…
La noche sufre.
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